Após publicar o post anterior, enviei um email a Fernando Arrabal para que ele fizesse uma visita ao nosso blog. O amável dramaturgo enviou um maravilhoso e-mail em resposta e ainda cedeu mais material, o qual publico a seguir.
Arrabal. Gala de los Premios Max, abril de 2007
Apareció el Rey, Arrabal, salvando la gala. Anárquico y divertido, como siempre. Otra clase magistral de civismo y sabiduría.
Jordi Soler Font
El Punt
Le largaron una ranchera a Arrabal (eche de menos a un Jorge Negrete o a un Pedro Infante, dada la categoria del recien llegado) cuando bajaba de una escalera de avion sin avion. Le disfrazaron de rey mitad Plantagenet mitad Tudor. Agradeció en euskera la labor de la señora de los lavabos, de la taquillera y demas miembros del elenco que esta beyond the courtain, cis. Dió las gracias, devenido demiurgo, a su mano derecha. Dijo que hablaba muchas lenguas; no me extraña. Le habian concedido menos de un minuto... a él, por quien se rindieron oyentes, radioyentes y televidentes (eran casi las dos de la madrugada). Arrabal se despojó de la estola de armiño y me parecio ver un traje magnificante. Su voz es telurica, mezcla de trueno y barreno. Que bien que me lo pase. Guau.
Arrabal fué reificado. Deificado ya lo estaba. Nadie ha puesto en duda, antes al contrario, la genialidad arrabaliana. ¡Salve, divinidad!
*La entrega a Fernando Arrabal del premio Max de honor.Blog del poeta Raul Herrero 17/04/2007
¡Cómo disfrutamos, cómo nos vestimos de gala sin necesidad de engalanarnos, cómo jaleamos y nos besamos en el besamanos de una fiesta que duró más de dos horas! En la X edición (como la cruz de San Andrés) de los premios Max las autoridades, es decir, la SGAE, otorgó el premio de honor a Fernando Arrabal. Y allí nos presentamos armados con libros, jaculatorias y arrabalescos para acompañar al homenajeado: Rivela, el andador y viajante, Martín Marcos, el trapecista del verso en soneto y sin sordina, el pintor de cigarros y cornucopias y quien esto escribe. Al final del acto se unieron a nosotros, entre mil otros, Ignacio e Iñaki dos estudiantes de meditación y astrofísica que desde San Sebastián se desplazaron hasta Bilbao para el acto. El escenario del palacio Euskalduna de Bilbao fue invadido por un grupo de mariachis. Una escalerilla de avión se deslizó portando a unas bailarinas que simulaban ser turistas aéreas (por el avión y las acrobacias que perpetraban). Los mariachis entonaban la ranchera: « Con dinero y sin dinero / hago siempre lo que quiero / y mi palabra es la ley… ». Tras unos instantes en la cima de la escalerilla surgió Arrabal. El escritor lucía una corona y una manta de armiño (toda la tramoya fue idea de los creadores de la gala). Tras realizar un “arrabalesco” descendimiento se dirigió a la Ministra de Cultura Carmen Calvo que lucía, hermosa y luminosa, un vestido con los colores violeta, amarillo y rojo.: “La veo muy republicana”. El público estalló en una ovación. Cada una de las ocurrencias de Arrabal fueron celebradas con entusiasmo. “Quiero agradecer mi premio a la señora que me ha atendido en los lavabos, a las azafatas, los acomodadores, el cajero que corta la entrada… y a mi mano derecha”, semejante afirmación, tras una hora larga de escuchar a los premiados las glosas de su parentela y amigos, cayeron como un manantial de agua pura, o como un puchero de agua hirviendo. En todo caso, las agudezas fueron vitoreadas. Fernando Arrabal lucía una casaca que le llegó desde Pekín, con una espiral de Ubú en la panza, regalo del Colegio de ‘Patafísica de China. Para la ocasión quien esto escribe lucía una camiseta realizada por Ester Fernández (Antonio Fernández Molina Factory) donde se leía: ¡Viva Arrabal!, para despejar dudas si las hubiese. Un señor de una altura del todo inapropiada se arrodilló ante Arrabal mientras le manifestaba su fervor. Varias señoras revoloteaban con la esperanza de cruzar unas palabras con el dramaturgo. Y la noche aún continuó pánica y patafísica….
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De: "El Correo"
Fernando Arrabal levantó el Max de Honor y aportó la necesaria dosis de surrealismo: salió a escena coronado y con una estola de armiño, rodeado de mariachis, para recibir el premio de manos de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, y Ana Diosdado, presidente de la SGAE. Excéntrico, sí, pero el fundador del Movimiento Pánico es el dramaturgo español vivo más representado en el mundo.
«Me parece que está muy republicana», le soltó a la ministra, que lucía un multicolor vestido. «Merezco este honor, soy famoso pero completamente desconocido», soltó Arrabal, que montó el número que se esperaba de él. «Todas las noches doy las gracias a mi mano derecha, que tantos placeres me da. Eskerrik asko, neska polita». Y se fue «con sus novias», Calvo y Diosdado
La ministra de Cultura, Carmen Calvo, baila con Fernando Arrabal, en presencia de los galardonados en la décima edición de los premios. Chema Moya
Arrabal triunfa en los premios Max 2007
Arrabal: rey, sátrapa, gran mandarín y pequeño 'maradona' El autor dedica el galardón de Honor a «la señora de los lavabos» en el discurso más 'patafísico' -cómo no- de la gala Quico ALSEDO
BILBAO.- La entrada al Palacio Euskalduna de Bilbao era el metro en hora punta, todo flequillos cardados y pasadores en las corbatas, cuando se divisó una figura regia entre la multitud. Regia, si bien pequeñita. Escoltado por un asistente, mirando en su derredor como un niño, con pinta de abuelo travieso -o también de niño adulto-, llegaba Fernando Arrabal ataviado como de príncipe chino, aunque él probablemente preferiría emperador. De Asiria, en concreto. La situación era evidentemente patafísica, pero no sólo eso: también pánica.
Pero hubo show, vaya si lo hubo. Mediada la ceremonia, recibido por un coro de mariachis cantando y una coreografía a la altura de su extravagancia -entre Los ángeles de Charlie y Almodóvar-, entró Arrabal a escena subido a una escalera de avión, con corona y báculo. Lo que sigue, más o menos, fue su insólito, genial parlamento, secundado por la ministra Carmen Calvo y por Ana Diosdado, presidenta de SGAE: «Bueno, le agradezco mucho a Sol Picó este disfraz de rey, yo diría aún más, ¡de rey del mundo! Porque nunca hubo un rey tan feliz como yo, con una corona que... Pero, ministra, diría que, con ese vestido, ¡la veo muy republicana!» -efectivamente Calvo, que se limitó a sonreír sin más, por si acaso, casi iba de bandera tricolor-.
Arrabal, que de nervios nada, comenzó a coger ritmo tras un muy teatral parón: «Sí, sí, merezco este honor porque creo que soy un poquitín famoso pero totalmente desconocido. Me para gente y me dice: 'Le admiramos muchísimo, ¡es usted un gran fabricante de relojes!'. Quienes me han dado este premio, estas damas republicanas [Diosdado ya incluida en el saco], le han echado coraje. En la TV francesa ya saben que soy incontrolable, eso lo sabe hasta el alcalde de... de... de Bilbao», dijo, al borde del imperdonable olvido.
Y siguió, imperial: «¡Dedico este premio a la señora de los lavabos! ¡Y a la taquillera! ¡Y a las azafatas! Y también a mi mano derecha, a la que todas las noches digo eskerrik asko, mírenla, mírenla... Y cuando me voy a dormir y ella me ha dado placer y dolor... Bueno, creo que he sobrepasado mis 55 segundos [llevaba ya cinco minutos]...», terminó, y soltó una risotada de niño malo-malo.
Pero no quedó ahí la cosa. Después de despedirse levantando el trofeo a lo Maradona con la Copa del Mundo (lo que convirtió a Carmen Calvo y Ana Diosdado en Valdano y Burruchaga), Arrabal coronó semejante derroche de imaginación minutos después ante la prensa con una antológica colección de frases. Explicó que su atuendo proviene «del Colegio Patafísico de Pekín, que acaba de participar en París en el Congreso Mundial del Pelo», admitió que «mi teatro es bestial y catacúmbico y está cambiando el mundo», habló también de su adorado Echegaray -«Le tengo tanta devoción, que sólo me falta leerle»-, y animó a todos los presentes a coger «un patinete o un helicóptero» e «ir al teatro microscópico que están haciendo Manu en Madrid o Antonio El Peruano en Murcia». Dicho lo cual, Arrabal bendijo a sus súbditos y los abandonó a su suerte.
¿Smoking o traje? ¿Pajarita o corbata? ¡Eso es para los aburridos! Cuando uno es Fernando Arrabal, va a los actos de homenaje vestido de gran mandarín y con capa y corona de monarca medieval, que, un día es un día. ¿Y si la ministra de Cultura trae un traje medio republicano? Pues se la corteja como un caballero. Faltaría más.
Fernando Arrabal apareció disfrazado de rey Diariode Navarra. El escritor y dramaturgo, Fernando Arrabal recibió el Premio de Honor; En su turno de agradecimiento del premio hizo mención a los colores del traje de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, (morado, rojo, amarillo y gris) para espetarle "parece usted republicana", tras lo cual afirmó rotundo, por tres veces que se merece el premio otorgado. Se preguntó también "cómo me han dado el premio a mí que soy incontrolable, como bien sabe hasta mi amigo el alcalde de Bilbao", tras lo cual agradeció su premio "a la señora de los lavabos, las azafatas, las taquilleras y a mi mano derecha".
Unos mariachis que recibieron a Fernando Arrabal, premio de honor de los Max en esta edición y protagonista de la nota de color de la noche, no sólo por el disfraz de rey con el que apareció en el escenario, sino por sus ocurrencias, como la de decir a la ministra que estaba muy republicana (en referencia a su extraño vestido de grandes franjas de color rojo, amarillo y morado)
Arrabal, en su turno de agradecimiento del premio t afirmó rotundo, por tres veces que se merece el premio otorgado. Se preguntó también "cómo me han dado el premio a mí que soy incontrolable, como bien sabe hasta mi amigo el alcalde de Bilbao", tras lo cual agradeció su premio "a la señora de los lavabos, las azafatas, las taquilleras y a mi mano derecha".
De: "El Diario Vasco"
ANÁLISIS
¡Viva el rey Arrabal!
ROBERTO HERRERO
Menos mal que nos queda Arrabal, muy merecido Premio de Honor, que disfrazado de Rey le sacó los colores a «la ministro» y derrochó teatralidad. Alegría y genio.
El Palacio Euskalduna se vistió ayer de gala para acoger los X Premios Max de las Artes Escénicas organizados por la Fundación Autor y la SGAE. El triunfador de la noche fue Arrabal.
Fue Arrabal quien puso el toque de humor con su inolvidable intervención. Con música de mariachis aparecía en el escenario subido en una escalera y disfrazado de Rey. La ministra de cultura española, Carmen Calvo y la presidenta de la SGAE Ana Dios dado fueron las encargadas de darle el premio honorífico. «Mi traje de Rey es maravilloso. Parece usted republicana», dijo Arrabal dirigiéndose a la ministra española. «¿Cómo me han dado ustedes este premio si soy incontrolable? Eso lo sabe mi amigo el alcalde de Bilbao. Agradezco a mi mano derecha a la que me dirijo todas las noches y le digo: ‘‘Eskerrik asko, neska polita’’», concluyó en euskera en su genial estilo.
El gran protagonista de la velada, que se desarrolló en el palacio Euskalduna de Bilbao fue el dramaturgo Fernando Arrabal, que con sus conocidas dotes para provocar desde la extravagancia y salirse de lo establecido brindó los mejores momentos de una gala que estuvo dedicada al mundo de la danza.
Arrabal compareció tocado con capa y corona a los sones de un mariachi y la canción El rey para recibir el galardón de honor de manos de Ana Diosdado y la ministra Carmen Calvo. «esta usted hoy muy republicana, ministra», le espetó en alusión a los colores de su vestido que recordaba la bandera tricolor republicana. Y dedicó el premio a las azafatas, las taquilleras y a su mano derecha. «El teatro es mucho dolor pero yo soy un tío jatorra que tiene un par de arraultzas».
------------------------------------------------------------------------------------------------- ¡ Qué gusto dio ver a Arrabal en los Max de teatro. Puso un punto de ironía e inteligencia. ¡¡¡ Solo Arrabal, dando las gracias a la mujer de la limpieza y de los baños, a las azafatas y a todos los desconocidos que con justicia se merecían más ser nombrados que la mayoría de los que anunciaban en el escenario. Me gustó mucho cuando, coronado rey del mundo, hizo ver a la ministra de cultura que estaba a su lado, y de soslayo, su vestido republicano, pillandola y que a punto estuvo de confesa y darle la razón. Una vez más, siempre, el genial y admirado Arrabal, es el animal más bello e indómito de cuantos pisan
la tierra. Libre en su matemática disciplina, coro y puro Acto del teatro. Disfruté mucho la verdad, y menos mal que nunca defrauda y mereció la pena aguantar ; Arrabal… PORQUE SIGUE SIENDO EL REY.
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El genial autor teatral Fernando Arrabal (i) recibió de manos de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, el Premio de Honor de la X edición de los premios Max de las artes escénicas españolas que distinguen los mejores trabajos, autores o intérpretes de 2006 en esta faceta artística, en el Palacio Euskalduna de Bilbao.
Premio Max de Honor, al dramaturgo Fernando Arrabal que protagonizó el momento más hilarante de la velada, ya que formó parte de una coreografía por la que accedió al escenario vestido de rey, con corona y manto de armiño, a los sones de la ranchera 'El rey' que cantaban unos mariachis del grupo 'Méjico Lindo' en directo.
"Sí, sí... merezco este premio. Porque creo que soy un poquito famoso pero un completo desconocido", dijo antes de bromear acerca del vestido "con la bandera republicana" que llevaba la ministra de Cultura, Carmen Calvo, encargada de entregarle el 'max'.
El autor teatra Fernando Arrabal recibió de manos de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, el Premio de Honor de la X edición de los premios Max. (Chema Moya ).
La sorpresa de la noche
El escritor y dramaturgo, Fernando Arrabal, recibió el Premio de Honor;
Arrabal, en su turno de agradecimiento del premio, hizo mención a los colores del traje de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, (morado, rojo, amarillo y gris) para espetarle "parece usted republicana), tras lo cual afirmó rotundo, por tres veces que se merece el premio otorgado.
De: "Heraldo.es"
«Me siento aquí el rey de todo el mundo», gritó anoche Fernando Arrabal. Ayer los focos miraron a Bilbao. El Palacio Euskalduna acogió la X edición de los Premios Max del teatro español. El autor teatral Fernando Arrabal recibió el Premio de Honor.
Y, ¡ay si no fuera por los atrevidos! Fue una gala típica pero muy mejorada por la osadía de ciertos premiados. Como la de Arrabal. «Señora ministra, la veo yo muy republicana», vaciló en el escenario. Carmen Calvo llevaba un vestido con los tres colores de la bandera republicana y el artista no pudo contenerse. Y siguió: «Sí, sí, sí... ¡Me merezco este premio!».
Fernando Arrabal levantó el Max de Honor y aportó la dosis de surrealismo: salió a escena coronado y con una estola de armiño, rodeado de mariachis, para recibir el premio de manos de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, y de Ana Diosdado, presidenta de la SGAE. Excéntrico, sí, pero el fundador del Movimiento Pánico es el dramaturgo español vivo más representado en el mundo.
«Me parece que está muy republicana», le soltó a la ministra, que lucía un multicolor vestido. «Merezco este honor, soy famoso pero completamente desconocido», soltó Arrabal, que montó el número que se esperaba de él. «Todas las noches doy las gracias a mi mano derecha, que tantos placeres me da». Y se fue «con sus novias», Calvo y Diosdado.
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